Además del impacto negativo que el estrés tiene en la salud, ¿también influye en el funcionamiento del corazón? Lo cierto es que el ritmo de vida acelerado, las presiones diarias y las preocupaciones constantes pueden influir directamente en la salud cardiovascular.
Cuando experimentamos estrés, nuestro cerebro interpreta la situación como amenazante, lo que lleva a la liberación de diversas sustancias químicas y hormonas, como la adrenalina, el cortisol y la noradrenalina.
Estas hormonas trabajan juntas en el sistema cardiovascular, provocando la contracción de las arterias, aumento de la presión arterial y aumento de la frecuencia cardíaca.
La adrenalina, por ejemplo, aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Este aumento puede provocar un infarto y, en casos extremos, ser mortal.
Otra hormona, el cortisol, que se libera en momentos de estrés, también puede tener efectos peligrosos en personas con enfermedades cardiovasculares existentes.
Es importante reconocer que estas hormonas del estrés afectan al músculo cardíaco, influyendo en sus contracciones y relajaciones. A medida que el corazón pasa por estos ciclos repetidamente, la eficiencia de este sistema disminuye.
Por lo tanto, si persisten situaciones muy estresantes, lo mejor es buscar ayuda médica.